Nada es imposible.

Es cierto que no sabemos apreciar las cosas que tenemos hasta que las perdemos. En cambio esta película tiene una apreciación de la vida completamente diferente a la que estamos acostumbrados a vivir. Es la historia de un niño de 12 años que tiene una perspectiva muy optimista de la vida, de las cosas que quizás para nosotros no valen la pena, como subir unas escaleras mecánicas de las que bajan, o simplemente que se siente al ser un adolescente. No puedo quejarse de lo triste que es que la persona que quieres no te quiera, o que hayas tenido un mal día en clase, o que tus padres se hayan enfadado hoy contigo y te hayan castigado, él no puede quejarse porque nunca podrá tener ni vivir esas cosas. Sam es un niño con leucemia al que apenas le queda tiempo pero le sobra las ganas de vivir, algo de lo que deberíamos aprender muchos y me incluyo.

“Hay cosas en la vida que son perfectas de principio a fin.”