Puedes irte ya no te echare de menos.


Vete y desaparece.

Esfúmate con tu sonrisa perfecta que conseguía alegrarme cada mañana, con tus palabras precisas y totalmente cuadradas, con los abrazos de más de 10 segundos o lo que fuera necesario, con los besos para que callara mis labios.

Lárgate y no vuelvas más, ya no te necesito.

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