La más triste de las sensaciones y el mejor de los consuelos.

El calor de las sabanas y la manta solo conseguía calentar dificultósamente mi cuerpo, mientras que cada extremidad de mi cuerpo ardía el enorme frío de mi corazón latiendo lentamente como cunado miras pasar los eternos segundo de un reloj (tic...tac). Mi cuerpo no responde, se que estoy ahí metida en esa pequeña cama de metro ochenta encogida intentando huir de Dios sabe que sufrimiento. Mis mejillas arden por cada lágrima perdida de mi ojos llenas de imágenes, recuerdos, aquel día tumbados en la playa sin mayor preocupación que la de no quemarnos por el sol, otra resbala y se ve su sonrisa iluminando mi cara con su felicidad, sus palabras, cada beso y me dice "Sonríe" y sonrío porque quiero, porque le quiero. Cayendo de mi mandíbula al cuello se desliza suavemente hasta perderse en la almohada empapada de lágrimas, pero antes puede verse una ultima imagen, más dura son gritos, lágrimas de rabia, dolor, mucho dolor y nada después calma y una abrazo, luego un beso de los que se clavan en el corazón.
Entonces el frío desaparece y el calor entra por la espalda convertido en mano, luego sube hasta la cara convertido incluso en una mitad de cuerpo, me gira la cara y le veo sus ojos brillan rojos llenos de lágrimas , una cae sobre mi cara mezclandose con algunas de mis lágrimas perdidas invertidas en él. Coloca su cuerpo en la cama junto al mio me estrecha junto a él y susurra " No quiero que nos enfademos nunca más, por favor" en ese preciso instante mi corazón arde.

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